lunes, 25 de junio de 2012

EL COLOR DE UNA LÁMPARA



A veces oímos conceptos en las descripciones de una luminaria que no entendemos. En un post anterior, ya hablamos de lo que significaba el índice de protección (IP) de una luminaria. Si queréis repasarlo, podéis hacer click aquí. Pero hoy hablaremos del color de la luz, de lo que comúnmente llamamos luz fría o luz cálida.
Aunque parezca una cosa poco importante, es un factor a tener en cuenta para que la estética de la habitación o el espacio que iluminaremos sea la adecuada y cumpla la función que le queramos dar. 
Para empezar, debemos saber que el color de la luz se mide en grados Kelvin, es lo que llamamos la temperatura del color. Existen tres tonalidades: cálidas, frías y neutral.
La luz cálida, es la amarillenta. Van debajo de los 3.300º Kelvin. La gama de este tipo de color va del amarillo al rojo-violeta. Asociamos este color de la luz con la luz solar, el fuego, etc. Los tonos cálidos siempre nos aportaran calidez al ambiente. Este tipo de luz tiende a avanzar y extenderse. 
La luz fría se refiere comúnmente a los tonos blancos, con un punto azulado. La gama completa va del amarillo-verde al violeta, pasando por el azul. La temperatura de la luz fría va entre los 5.000 y los 6.500 grados Kelvin. Asociamos la luz fría con el agua, el hielo, etc. Los tonos fríos tienen a retroceder y contraer.
La luz neutral comprende aquellas tonalidades intermedias, entre 3.500 y 4.100 grados Kelvin.
Todas estas características influyen mucho para decorar. La luz cálida tiende a relajarnos y hace sentirnos bien mientras que la luz fría nos sobrestimula. 
Así, podemos encontrar fluorescentes con diferentes tonalidades: blanco frío, blanco cálido, blanco de lux, que mejora el impacto visual, etc. El color de la luz es importante porque no sólo por la decoración o porque modifica nuestro estado de ánimo, sino que también puede cansar nuestra retina. Lo mismo pasa con la luz LED. Ya podemos encontrar diferentes tipos de color para adaptarlo mejor al espacio dónde se coloque la luz. 
Pero eso no significa que no podamos mezclar un ambiente cálido con una luz fría o neutral: muchas veces la combinación en un sentido u otro no harán más agradable el ambiente y neutro el resultado final. 
Las necesidades para un negocio, una oficina, un jardín o un salón son absolutamente diferentes e igual de importante resulta la elección del mobiliario o las paredes como el color de la lámpara.
Ahora ya sabéis el valor del color de una lámpara, así que cuando leáis la información de una luminaria o volváis a comprar bombillas, no olvidéis pensar en qué color queréis. 


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